jueves, 8 de noviembre de 2012

Empezar a Correr


Empezar a correr


Al andar se usan los mismos grupos musculares que al correr, pero los estímulos que reciben las fibras son diferentes, porque dependen del volumen de actividad muscular, que aumenta al incrementar la velocidad del que corre. 


De ahí la gran importancia de iniciarse en el ejercicio de andar como antesala al trote o la carrera. 



Dar el paso 



Lo más aconsejable es empezar caminando suave, dando un paseo largo. 

Durante los siguientes días, conseguirá incrementar el ritmo sin darse cuenta. 
Varias semanas después podrá caminar a ritmos elevados durante una, dos, o más horas, sin aparente esfuerzo. 
Andar proporciona un increíble tono en las piernas, favorece el trabajo del sistema cardiovascular y contribuye a un excelente entrenamiento aeróbico. 
Estos momentos, son excelentes ocasiones para recogerse en los pensamientos, para poner en orden las ideas y para liberarse de las tensiones cotidianas. 
Es uno de los mejores antídotos contra el estrés. 

¿De qué le sirve andar al que quiere luego correr? 

Le ayudará a mejorar su capacidad aeróbica para correr, a fortalecer y equilibrar en general sus grupos musculares, a reducir el número de lesiones y lo más importante, le ayudará a recuperarse de las mismas, cuando las padezca, sin dejar de realizar un entrenamiento aeróbico. 

La primera carrera 

Empezar a correr requiere su tiempo; primero es necesario descubrir la carrera, por lo que se debe empezar, consecuentemente, andando al principio, para ir combinándolo con trotes muy suaves, hasta llegar a correr solamente, a un ritmo muy suave. 
Una vez superado este primer estadio ya estás preparado para dar el siguiente paso, es en este momento y no antes cuando puedes seguir una planificación completa de entrenamiento de carrera a pie. 
Verás que no hay nada imposible si tienes constancia y fuerza de voluntad. 

¿Qué hacer cuando decidas empezar a correr? 

Antes de empezar, lo ideal, es hacerse un control médico para comprobar que no sufres ninguna afección que te impida correr y una analítica de sangre y orina. 

El cuerpo debe recibir la dosis correcta y necesaria de vitaminas, minerales, proteínas, hidratos de carbono y grasa, por lo que es necesario alimentarse de la forma más variada posible. 

La parte más importante de la equipación es el calzado, ojo con él, unas zapatillas inadecuadas pueden provocarte rozaduras y, lo que es peor, lesiones. 
En cuanto a la ropa, debe ser ligera y muy transpirable, lo mejor son las prendas de algodón. 

Al acabar de correr debes realizar unos ejercicios de estiramientos, durante 15 segundos como mínimo. 
Con ello conseguirás que los músculos vuelvan al estado anterior y evitarás las temidas agujetas y la posibilidad de sufrir calambres. 

El ritmo del trote debe ser muy suave, de tal forma que resulte cómodo correr y que se pueda ir hablando. 

No te agobies con la respiración, puedes respirar por la boca sin problemas. 

Elige lugares entretenidos para correr, evita las cuestas muy pronunciadas y dar vuelas en circuitos muy cortos. 

La mente juega un papel muy importante en el entrenamiento, por eso déjala volar, déjala soñar, busca siempre pensamientos positivos y agradables. 

Si corres con otra persona más experta pídele que vaya un poco por detrás, para que no tire de ti y para que sea él quién siga tu ritmo. De lo contrario puede forzar tu ritmo y minar tu moral. 

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